martes, 6 de noviembre de 2012

CUANDO EL CALZADO ES CÓMODO...TE OLVIDAS DEL PIE


Cuando la mente está despejada tiene claridad, no es necesario seguir regla alguna.

No es necesario llevar las escrituras en la cabeza, lo único que hay que hacer es mirar. Todo es transparente, porque uno está despejado.

Por ello, cuando el calzado es cómodo, se olvida uno del pie; cuando el cinturón es cómodo, se olvida uno de la cintura; y cuando el corazón está apaciguado, se olvida uno de “a favor” y “en contra”.

Recordar, este es uno de los más grandes mantras: “Cuando el calzado es cómodo, se
olvida uno del pie”.
Cuando estás sano, no sabes nada del cuerpo, te olvidas del cuerpo. Cuando aparece
alguna enfermedad, es cuando no puedes olvidarte de él. ¿Tienes conciencia de la cabeza sin dolor de cabeza? Cuando se tiene dolor de cabeza no te puedes olvidar de la cabeza. Cuando el calzado aprieta, entonces no es cómodo. ¿Dónde está la cabeza cuando no hay dolor de cabeza? Te olvidas totalmente de ella. Todo lo que está sano es olvidado, mientras que todo lo enfermo es recordado; se está sano es olvidado, mientras que todo lo enfermo es recordado; se convierte en una anotación continua en la mente, en una tensión constante en la mente.

Un perfecto hombre del Tao se desconoce a sí mismo; tú te conoces porque estás
enfermo. El ego es la enfermedad, una dolencia grave, porque continuamente tienes que recordar que eres alguien. Eso demuestra que estás muy desasosegado. El desasosiego crea el ego; un hombre perfectamente saludable se olvida completamente. Es como una nube, como una brisa, como una roca, como un árbol, como un pájaro; pero nunca como un hombre. No lo es, porque solo la enfermedad, como una herida, es recordada.

Recordar es un mecanismo de seguridad: si te clavas una espina en el pie, tienes que
acordarte. La mente se dirigirá una y otra vez a ese lugar porque hay que sacar la espina. Si lo olvidas, la espina continuará allí y se convertirá en un peligro porque podría envenenar todo el cuerpo. Cuando existe dolor de cabeza, el cuerpo te dice, al recordártelo, que tienes que hacer algo. Si te olvidas, el dolor de cabeza puede convertirse en un peligro.

El cuerpo te muestra cuándo existe alguna enfermedad, algo erróneo; atrayendo tu
atención. Pero cuando el cuerpo está sano te olvidas de él; te conviertes en “incorpóreo”. Y esa es la única definición de salud: la salud es cuando no hay conciencia corporal. Si existe algún tipo de conciencia, entonces esa parte no está sana.

Lo mismo ocurre con la mente. Cuando la conciencia es saludable, no hay ego, no
sabes nada de ti mismo. No te recuerdas continuamente “yo soy algo”, sino que te relajas.
Eres, pero sin “yo”. Es un simple “soy”, y “es”, pero no hay “yo”, no hay un ego cristalizado.

El yo no está. Por ello:
…cuando el calzado es cómodo, se olvida uno del pie;
cuando el cinturón es cómodo, se olvida uno de la cintura;
y cuando el corazón está apaciguado, se olvida uno de “a favor” y “en contra”.

Esa es una de las cosas más importantes que hay que recordar: cuando el corazón está apaciaguado se olvida uno de “a favor” y “en contra”.
Cuando el corazón está equivocado, enfermo, entonces se lleva una carga, se está
preocupado: eso es correcto y eso es erróneo, hay que seguir lo correcto, hay que evitar lo erróneo. Toda la vida se convierte entonces en una lucha para evitar lo erróneo y alcanzar lo correcto. ¡Pero no es modo de alcanzar lo correcto! Esa es justamente la manera de perder-lo para siempre.

OSHO.




EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA EN AMOR



No hay comentarios:

Publicar un comentario