jueves, 4 de octubre de 2012

SABER DECIR ADIÓS A LOS MIEDOS



 
A veces parece ser verdaderamente difícil darle la espalda a nuestros miedos, y cómo no habría de serlo si desde que tenemos uso de memoria, siempre han estado presentes en  nuestras vidas.
Cómo olvidar aquella vez que derramamos nuestra bebida favorita en la alfombra nueva de la abuela, y por miedo a las represalias tapamos la mancha con el tapete que hacía juego.

O ese primer día de clases en el que el dolor abdominal (nervios), era algo tan nuevo y desagradable para nosotros que simplemente decidimos aferrarnos a las piernas de nuestra madre, o padre por supuesto.

Qué tal el día que tuviste que exponer ante la clase y olvidaste por completo  todo lo que tenías que decir, sintiéndote decepcionado y triste al mismo tiempo de ti mismo.

Tal vez ninguno de estos recuerdos venga a tu mente, pero seguro si haces memoria, o incluso si no vas tan atrás en la línea del tiempo de tu pasado, podrás acordarte de algún miedo latente en tu vida, este puede ser muy simple, como tener miedo a la obscuridad, miedo a estar mucho tiempo solo en una habitación, o por el contrario  estar mucho tiempo en un lugar con demasiada gente. Puede ser una fobia,  a las arañas, ratones, cualquier cosa que te pueda parecer desagradable y que preferirías evadir a tener contacto con ello constantemente.

Todas estas pequeñeces, y no tanto, ya que en ocasiones existen miedos tan predominantes que pueden convertirse en enfermedades, son  huellas en nuestros corazones que hemos ido tapando a lo largo de nuestra existencia, exactamente como a la mancha de la alfombra de la abuela. Sin embargo, es inevitable mirar debajo del tapete y no encontrar los residuos de  la mancha, aún después de tanto tiempo.


Es lo mismo que sucede cuando alguno de estos miedos va creciendo en nuestro interior, y jamás lo dejamos salir o no hacemos caso de lo que sentimos, y  nos seguimos preguntando ¿por qué me siguen pasando las mismas cosas, por qué me siento tan mal, por qué me da tanto miedo  tal o cuál situación?. Las respuestas se encuentran debajo del tapete, porque nunca tuvimos el valor de ver  lo que esa situación nos ocasionó en el pasado.

Lo bueno es que muchas de esas situaciones no son precisamente reales o nuestras , la mayoría de las veces son aprendidas, o nacen de suposiciones de lo que podría pasar, pero nada con lo que hayamos nacido, y no se pueda cambiar, es más, aún si nacimos con ello, si verdaderamente tenemos la convicción y el deseo, podemos cambiarlo, como  cuando no nos gusta la forma de nuestro cuerpo y por salud o en ocasiones por vanidad decidimos cambiarlo y adoptar alguna actividad física para mejorar su funcionamiento y/o  aspecto.

A veces precisamente esos parámetros de la sociedad son los que remarcan nuestras inseguridades, sin embargo la sociedad siempre va a estar ahí, y lo único que podemos hacer es aprender a sobrellevar los estándares de esta, y salir airosos en ello.

Pueden parecer términos muy sencillos, ya que cuando se trata de darle la espalda a algo que está a la puerta de nuestras casas,  no resulta tan fácil enfrentarlo.

La cuestión está  precisamente en abrirle la puerta a nuestros miedos, y en mandar mucho a volar  al que dirán y a esas ganas de quererlo controlar todo a todo momento,  y es que, ¿quién quiere vivir con miedo? Al vivir con miedo, realmente te pierdes de toda la belleza de vivir, ya que no disfrutas plenamente, sólo vives condicionado o condicionada a estar bien ante las situaciones que no representen ningún tipo de miedo, te pierdes de la aventura, de lo desconocido, de lo que no puedes saber  y  eso es ponerle restricciones a la vida.

La manera más fácil de decirle adiós a los miedos, es primero que nada identificar aquellos miedos heredados y creados por nosotros mismos en son de boicotear nuestros sueños o ideas más preciadas. En segundo lugar, no tener miedo del miedo, apoyándonos en la sabiduría de nuestros corazones, y reconociendo que los miedos se pueden disminuir o desvanecer,  y sobre todo en saber que no queremos vivir con ellos, y lo último y por supuesto lo más complejo, es hacerles frente cual toro por los cuernos, con la seguridad de saber que al momento de soltarlos, la sensación será la más placentera que hayamos experimentado en años , ya que de esta manera  nos sentiremos liberados y con la certeza de que podremos hacer frente a cualquier obstáculo de cualquier tipo  que se nos presente, porque habiéndolo hecho una vez, las siguientes veces  serán pan comido.



  
Insisto en que podría parecer sencillo hacerlo con sólo leer unas cuantas palabras, y a final de cuentas es verdad, porque  la decisión está en cada uno de nosotros, pero  lo que me parece una verdad universal muy poderosa, es que no hay alma en el mundo que no desee una vida mejor, llena de felicidad, libre de miedos y apegos. Si te da miedo dejar la ilusión de un amor que ya no te corresponde, un empleo que nunca has estado convencido que sea para ti, dar un paso grande en tu vida que implique muchos riesgos, sólo me queda invitarte a atreverte, a atreverte a hacer eso que nunca imaginaste hacer, a cumplir tus sueños más atesorados y a empezar a vivir, a vivir de verdad, sin miedo y con seguridad de ti mismo. ¡Mucho éxito!

Namasté
Iliana L.



EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA EN AMOR

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